Los Grammys no son la gran cosa aunque siempre tienen reservado alguna que otra buena sorpresa en especial cuando se trata de premiar al genero alternativo, por ejemplo el año pasado los geniales Arcade Fire se llevaron el premio a disco del año y cerraron la gala con un gran acto, a diferencia de lo que desgraciadamente hizo Paul McCartney con interpretar rolas de los Beatles igual que hace dos años, la horrible colaboración entre los tres mentecatos de David Guetta, Lil Wayne y Chris Brown, y por supuesto también la horrible presentación de tan sobrevalorada Taylor Swift con ese su look de pobretona de los años treinta, que solo ella se lo cree.
Pero mejor concentremonos en Bon Iver que fue el representante de los indies en la Grammy Awards, el cuate estaba nominado en otras categorias pero desgraciadamente no le sucedio lo mismo que Adele, pero esta bien al menos se llevo un premio el cual fue entregado por el genial y legendario Tony Bennett, el cuate pues estuvo bien subio al escenario y acto seguido se echo un buen discurso reconociendo a mucha gente, sus compañeros de banda, así como artistas influyentes que probablemente nunca vaya a recibir algún Grammy, en conclusión ese momento valío la espera de otra ceremonia aburrida aunque con la sombra de la reciente y lamentable muerte de Whitney Houston.
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