De la mano del productor Dave Eringa, la banda volvió a las andadas recién habían terminado su último disco y tenían ya nuevos temas, no querían usar algún productor de corte mainstream por lo que volvieron con Eringa por su sonido y visión, y a la larga cayo bien, fue el último disco intenso sin ataduras de ese período en donde buscaban pasar por debajo de las corporaciones sin ser afectados.
Las letras iban de un contenido menos político que su disco anterior, aquí todo era más reflexivo y desesperado, lleno melancolía, con ciertas referencias por ejemplo a Van Gogh y su biografía en el tema "La Tristesse Durera", con mucha presencia de variados sonidos en donde experimentaron con los riffs y la batería sonido que no usarían en el siguiente disco, había mucho hard rock, glam rock, y por supuesto grunge aprovechando el hype que tenía el sonido en ese entonces, mucho se dice que con este disco abandonaron el glam punk y entraron peligrosamente al grunge, aunque sonaba a pop rock épico, y se notaba en temas como "Roses In The Hospital" como funk rock, mientras que otros había bases grunge, había cierta aura a lo Alice In Chains y Red Hot Chilli Peppers con Nicky Wire el bajista queriendo emular a Flea.
El disco llegó al No. 8 en el Reino Unido y se coló en otros listados de Alemania y Japón, y por lo menos, los cuatro singles entraron al top 40 del Reino Unido, la crítica fue variada, muchos lo consideraron un disco raro, confuso, demasiado glam metal y poca vibra britpop, pero por otro lado fue considerado una continuación poderosa y estridente como resultado de su debut. obviamente y como suele pasar, las críticas han cambiando con los años, citando al disco un excelente ejemplo de pop metal infravalorado, un disco intrigante que no fue bien apreciado en su momento pero que es igual de formidable que mucha de su discografía
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