La mañana del 5 de junio de 1989, el fotográfo Estadounidense, Jeff Widener tenía la misión de capturar alguna imagen del día después de la masacre en la Plaza Tiananmen, ocurrida entre el 3 y el 4 de junio cuando tropas y tanques del ejercito Chino atacaron sin piedad al movimiento pro-democracía comformado por estudiantes, obreros y profesionales que pedían un cambio radical contra la corrupción y una sociedad más abierta.
Se estima que fueron entre 2,000 y 3,000 las personas asesinadas indiscriminadamente aunque se cree que la cifra fue mucho mayor. Las protestas comenzaron un 15 de abril tras la muerte del líder comunista Hu Yaobang y fueron ganando fuerza y mucha importancia no solo entre los estudiantes sino trabajadores que buscaban mejorar sus situación, pero el punto de inflexión se da con la visita del líder Sovietico, Mikhail Gorbachev, ya que los estudiantes se mantuvieron en la plaza dando la apariencia que el gobierno estaba perdiendo el control, por lo que días después el 3 de junio a las 10 de la noche comienzan los disparos, los golpes y el caos, y en las horas siguientes la plaza estara llena de muertos entre estudiantes y soldados.
Aquí es donde entra el fotográfo Jeff Widener, enviado por Associated Press a documentar el día siguiente despues de la masacre, y comienza a tomar imágenes de las victimas, paseantes en bicicletas y uno que otro bus dañado, entonces comienza a salir una columna de tanques de la plaza, y Widener atrincherado en el balcón del sexto piso del Beijing Hotel apunta su camára hacía los tanques cuando un hombre que llevaba unas bolsas de supermercado aparece en la escena. Este de manera desafiante se pone delante de la columna de tanques moviendo sus brazos en negación que no se movera, y entonces toma la icónica fotografía.
Los tanques tratan de esquivarlo, pero este vuelve a colocarse en su camino, y sube a uno de los tanques brevemente, entonces Widener se prepara con su camára esperando el momento en que venga la descarga de balas y mate al pobre parroquiano, pero eso nunca pasa y de pronto aparece un grupo de personas que se le llevan pronto del lugar. Pero Widener tiene la imagen que pronto se convertirá en una de las imágenes más icónicas del siglo XX, aunque otros también capturaron el momento, fue su fotográfia la que da la vuelta al mundo, y al día siguiente aparece en tapas de períodicos, revistas y noticieros. Aunque la identidad del hombre sigue siendo un enigma, "Tank Man" como fue bautizado para la posteridad, terminó convirtiendose en un héroe global, en un simbolo de la resistencia contra cualquier injusticia y régimenes totalitarios en todas partes, además de ser una de las imágenes más versionadas dentro de la cultura pop, curiosamente hasta la fecha no se sabe sobre su paradero, si todavía esta vivo, ó si fue asesinado por el Gobierno, dandole un aire más universal y enigmatico al personaje.
Yo tenía unos 12 años cuando ocurrieron estos eventos de la Plaza Tiananmen, aún recuerdo los telenoticieros transmitiendo imágenes de la barbarie por las noches, y al día siguiente en la portada de Prensa Libre, el diario local. Claro que en ese entonces no entendía en realidad lo que estaba pasando pero sin querer estaba siendo testigo de uno de los momentos más épicos y trascendentales de la historia que ocurrieron a lo largo de ese mágico y glorioso 1989, y vendrían aún más eventos igual de icónicos que terminarían de darle forma a los años por venir y cuyo impacto político y social estamos viviendo todavía 30 años después.
Los fantasmas de Tiananmen todavía retumban contra toda censura, a pesar que hoy en día China es un gigante poderoso en todo sentido, mucho tuvo que ver esto, aunque bien se hubiera podido evitar y de todas formas el país se hubiera desarrollado igual, aunque quizás mucho más justo y libre sin necesidad de estar copiando tecnologías, censurando y reprimiendo personas, mientras eso siga, la figura del "Hombre del Tanque" permanecerá en el inconsciente popular como un simbolo a la valentía en contra la vil y mezquina dictatura donde sea.
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